En las labores de aseo y mantenimiento hay tareas rutinarias y hay otras que brotan como una emergencia. Asear las baterías sanitarias, surtir de papeles los baños, desinfectarlos para eliminar el mal olor y allí teníamos una excelente ayuda en unos equipo de goteo que los mantenían higiénicos; revisar la iluminación, además revisar que las canillas estuvieran sin fugas y los inodoros y orinales estuviera libres de atascos eran acciones de rutina.
Yo estaba preparado para ambas: la rutina y la emergente. La emergente la solucioné con un sistema de calidad que previene accidentes. Esto lo aprendí cuando me enseñaron en un curso de primeros auxilios que realicé para hacer presencia en las actividades del COPASST. Una emergencia es costosa, por su misma naturaleza está entre los imprevistos y la cantidad de dinero es inconmensurable. Eso mismo, para reducirlas hasta casi eliminarlas, fue el propósito de mi equipo de aseo y mantenimiento. Fue tan exitoso el proceso de calidad implantado, que la actividad se convirtió en rutinaria y mi trabajo perdió para mí la emoción. Así que decidí empezar a buscar otro lugar dónde demostrar mis destrezas y habilidades como profesional en administración. Uno con retos diferentes y que la novedad me reanimará.
QUIEN BUSCA ENCUENTRA Y QUIEN PIDE LE DAN.
¡En pocos meses mi plegaria fue escuchada y lo encontré!
Leía en Internet oportunidades de trabajo en mi área de especialización, cuando me topé con un aviso redactado para mí:
Pero antes de contarte lo retador que fue, te pido que sigas con esta lectura durante otros 3 a 4 minutos, o tal vez menos.
Si tú quieres o tienes el reto, como lo tuve yo, de eliminar de manera definitiva el mal olor en los baños, vas a leer como le di la solución a una situación que había sido imposible de solucionar: eliminar el mal olor de cañería de una batería de baños que había estado así por más de 30 años.
Allí me contrataron para cumplir el cargo que ofrecían en la publicación de ofertas de internet.
Jefe de Servicios de Limpieza y Mantenimiento de Edificios
Descripción de la oferta
Importante multinacional busca para su equipo de trabajo un Profesional ya sea en Administración, Arquitecto o Ingeniero con trayectoria laboral de mínimo 3 años liderando servicios de limpieza y en administración, gestión y control de edificios modernos. Se requiere experiencia en mantenimiento locativo, equipos de aire acondicionado, iluminación, UPS, automatización y datacenter. Será responsable de resultados financieros, interlocución del cliente y de la gestión de equipos. Ofrecemos contrato directo con la compañía a término indefinido.
Salario 3.150.000+ incentivo por cumplimiento de indicadores mensuales + beneficios.
Requerimientos
• Educación mínima: Universidad / Carrera Profesional
• 3 años de experiencia
• Disponibilidad de viajar: Si
• Disponibilidad de cambio de residencia: Si.
• Personas con discapacidad: si
LA ENTREVISTA.
Cuando me presenté a la entrevista, poco después del saludo y las primeras preguntas, fui claro en lo del primer requisito. Recordaba el cuento de Carrasquilla, Que pase el aserrador. Yo sabía que si lograba conseguir el puesto, mi experiencia les demostraría que para tener unos baños limpios, bien surtidos y libres de mal olor era innecesario un arquitecto o ingeniero; el mantenimiento de las áreas diferentes a las baterías sanitarias, era de seguir con detenimiento las instrucciones de los proveedores. Centrar todo el interés en los baños es la clave para el camino a la excelencia. Eso lo había leído en mi formación profesional en un libro llamado en Busca de la Excelencia y otro del mismo autor Las pequeñas grandes cosas. Con ejercer de manera excelente y excepcional mi profesión como administrador sería suficiente.
MI ENTRENAMIENTO PARA RECIBIR EL CARGO.
Para mi satisfacción, una de las sorpresas fue la variedad de diferentes áreas para mantener: un club social y deportivo era la empresa que me había contratado. De mi dependían, además de las baterías sanitarias con baños instalados por todo el club, las canchas de tenis, fútbol, squash y básquet. Además había unas vías internas; un gran jardín y senderos para caminantes. También un gimnasio completo. La zona social con salón de baile y un gran comedor; el área de servicios con su cocina y calderas era abrumadora. También tenía una zona húmeda bastante importante que incluía sauna, turco, jacuzzi y dos piscinas. A todo esto es necesario sumarle el parque infantil. ¡Así que tenía variedad y diversidad! Contaba con más de 50.000 metros construidos para mantener aseados, limpios, reparados y bien tenidos. Además un número muy importante de baterías sanitarias con orinales e inodoros. Lo que no sabía todavía era el reto y la sorpresa que estaba por venir.
LA SORPRESA MAYOR Y EL RETO.
En una reunión de trabajo, con el equipo de aseo, una de las empleadas comentó una necesidad que tenía. Quería que la cambiaran del área de la que era responsable. Ella era la encargada de mantener los baños libres de mal olor. Eran los más usados pues estaban anexos al comedor principal de la sede social. La única manera que tenía para reducir el mal olor era echarle cloro. Se quejó que el gas que libera ese producto le molestaba los ojos y le irritaba la nariz. Cuando pregunté por qué tenía que agregar cloro la sorpresa fue mayor; el cloro era de la mayor concentración, al 13%. Los usuarios del área se quejaban, así como la encargada de eliminar el mal olor, porque entrar a utilizar el baño era demasiado incómodo. Muchas personas se quejaban del ardor en los ojos. Cuando seguí indagando más, la respuesta que obtuve fue la clásica: “así lo hemos hecho siempre”. Cuando indagué aún más, el desconcierto fue mayor; me decían que desde la construcción, en 1997, las redes Hidrosanitarias quedaron con un desperfecto. Corregirlo era una reparación de un costo tal y también sería necesaria cerrar esa área durante varios meses. Allí se generaba casi la mitad de los ingresos por venta del club. La gerencia nunca había logrado conseguir de la junta directiva la autorización. Fui a visitar el lugar y la verdad es que no sabía que era peor: el mal olor que salía por las cañerías o el olor del cloro que arrojaban por los desagües.
PIDE Y TE DARÁN; BUSCA Y ENCONTRARÁS.
Gran reto tenía al frente. Con mis años de experiencia nunca me había enfrentado a una situación similar. Baños malolientes, hediondos y nada de lo que hacíamos lograba curar el mal olor. Empecé a pedir consejo; a llamar a arquitectos e ingenieros; hablé con los que habían estado en la construcción como los que habían tenido contratos con la empresa. Muchos ya sabían del mal olor de esa batería sanitaria; tenían claro que la instalación hidrosanitaria había quedado pésima.
¿Ahora quién podrá ayudarme?
Nuevamente mi plegaria fue escuchada; llamé a la empresa que nos mantenía activos los equipos de goteo en la planta donde yo trabajaba anteriormente. Cuando les conté la situación y visitaron el sitio de los baños con mal olor permanente, me dijeron que esa situación ya la habían superado en una planta industrial. La fuerza con que me lo decían me dio a mí la energía necesaria para aceptar una demostración que duraría un mes. Aunque ya los conocía en el trabajo anterior, era necesario para mí, comprobar que lo que decían lo podían lograr. Me dijeron que en ese lapso de tiempo se notaría la mejoría. Agregaron que en seis meses el mal olor del baño habría desaparecido; si, así como por arte de magia…Además me prometieron que si a los seis meses el mal olor de esa batería sanitaria no había desaparecido, devolverían el dinero pagado por el club. También me advirtieron que mientras el sistema de goteo estuviera instalado el mal olor nunca regresaría. Fueron siempre muy claros conmigo. Decían: mientras más claridad, más amistad
LA VERDAD DETRÁS DE LA SOLUCIÓN.
Instalaron una “cajita” encima de cada orinal y cada taza tal como la que yo conocía. Me trajeron a la memoria que dentro había una preparación de un potente líquido que, con un bacteriostático, evita la proliferación de las bacterias. Me explicaron que el mal olor proviene de los gases fétidos que liberan las bacterias al alimentarse de la materia orgánica. Agregaron que lo que había en las cañerías era un nido infeccioso que atentaba contra la salud y bienestar de los visitantes. Al desodorizar el lugar, lo que realmente se hace es reducir al mínimo las bacterias.
Prevenir es lo que realmente sucede ahí. Previenen la proliferación de bacterias y con la eliminación de éstas el mal olor en el baño desaparece. Esa es la magia. Ciencia aplicada y puesta en práctica. A una situación tan compleja una solución tan sencilla. Vinieron a mi mente frases tales como: en los detalles está Dios.
LA MEDALLA DE ORO EN LA PREMIACIÓN.
Con el buen resultado de la disminución y casi eliminación de las quejas del mal olor en esa batería sanitaria, la gerencia me llamó para felicitarme. Me pidió le explicara cómo lo había logrado. Con orgullo le dije que la experiencia unida al conocimiento da como resultado la sabiduría. En más de 30 años ningún proveedor había logrado ofrecer la solución a esta situación tan incómoda como es la de los baños que huelen mal. Cuando le dije que el verdadero campeón había sido el proveedor, la gerencia me respondió: si, pero usted creyó en ellos; ¡usted utilizó el poder de creer y les dio el sí!
Le conté a la persona que ejerce la gerencia que una de las propuestas que me hacen las personas de BALOR, además de corregir el mal olor, es que nos visiten en un ciclo de 28 días o menos, en caso de ser necesario. En esa visita hacen una revisión técnico preventiva del estado de la batería sanitaria. Al terminar su evaluación dejan un comprobante donde dejan recomendaciones. Eso para mí, es la joya de la corona, pues todo lo que tenga que ver con prevención es de utilidad ya que atender una emergencia tiene unos costos imponderables. Como les oí decir a las personas de BALOR: cuesta más no tenerlo.
Escrito por David Echavarria